Asunto: Denuncia y Difusión: Fiestas valencianas con crueldad y muerte de animales
Fiestas valencianas con crueldad y muerte de animales
Becerrada, leones enjaulados y patos torturados a la valenciana
Las tradiciones festivas basadas en la tortura y el dolor de animales son una aberración ética y cultural en cualquier sociedad y grupo humano. El atraso y la indignidad moral de nuestras sociedades llamadas modernas y desarrolladas se expresa en el tipo de trato que otorgamos a los animales más cercanos a nosotros. Pero el brutal salvajismo y la crueldad innecesaria contra los animales salen a relucir cada verano en muchos pueblos y ciudades españolas. Aún perviven muchas actividades recreativas y festivas que fomentan el dolor y la muerte cruel de los animales.
Estas formas incivilizadas de medievalismo ético y cultural contra seres vivos sintientes en nombre de la diversión y la fiesta, dan cuenta del escaso nivel ético-moral de las personas, municipios y autoridades que lo practican o lo permiten. Con este desprecio y falta de reconocimiento de las necesidades más vitales de seres con alto grado de sensibilidad y con emociones muy similares a las nuestras, también se extiende la anestesia y la insensibilidad contra el sufrimiento de cualquier ser vivo, incluidos el dolor de los humanos. Además de incitar a la violencia directa contra los individuos de otras especies erróneamente consideradas inferiores y simples objetos al servicio humano, se favorece también la indiferencia hacia las demás personas. Los adultos y la infancia que acaban acostumbrados a reír con la experiencia del trato cruel a un animal no humano, también podrán disfrutar de la violencia ejercida hacia otras personas.
Estas crueles y vergonzantes prácticas contra seres tan cercanos a nosotros vulneran normativas legales de bienestar animal a nivel autonómico, estatal y europeo, aunque incomprensiblemente se siguen promocionando o tolerando. Un reciente caso de lo más esperpéntico es el de los leones enjaulados en El Saler de Valencica para entretener a los comensales de un conocido camping-restaurant, lo que constituye una espantoso ejemplo más de tortura y maltrato animal por parte de los seres humanos y sus extravagantes formas de diversión. En el restaurante "Devesa Gardens" se mantienen a unos leones en unas condiciones miserables dominadas por el sufrimiento y la represión de sus necesidades instintivas más básicas, impidiendo que pueden ejercer minimamente sus comportamientos más comunes y naturales propios de su especie.
Otra ignominia pública en nombre de la fiesta veraniega y que incorpora grandes dosis de dolor y crueldad gratuita contra los animales es la "becerrada de Algemesi", en la que se tortura hasta morir a un pobre becerro. Otra celebración festiva es la de la "suelta de patos" en Sagunt, que a pesar de estar formalmente "prohibida" se sigue celebrando esta aberrante juerga de jóvenes, y en la cual se aterroriza, tortura y mata a unos pobres patos solo por diversión.
También resultan indignantes las condiciones en que malviven miles de animales en decenas de núcleos zoológicos en España. La existencia de estas "casa de fieras" para el ocio y el disfrute humano ha obligado a la Comisión Europea abrir un expediente de infracción contra España.
DAVID HAMMERSTEIN
Eurodiputado de Los Verdes
http://www.davidhammerstein.org/
Los verdes europeos se movilizarán contra el lanzamiento de patos vivos en Sagunto
www.20minutos.es
PABLO SEGARRA. 30.07.2008
Tradicional suelta de patos vivos en Sagunto
* El Ayuntamiento lanza patos vivos al mar y los festeros los atrapan.
* Los ecologistas denuncian que se maltrata a los animales.
El eurodiputado ecologista David Hammerstein ha calificado de "bárbara y cruel" la tradicional suelta de patos vivos que está previsto que se celebre el próximo 15 de agosto en el Puerto de Sagunto.
El TSJ ha calificado de trato antinatural la suelta de patos
El Ayuntamiento de Sagunto lanza patos vivos al mar y los vecinos los persiguen hasta atraparlos por la cabeza, las alas o las patas. A veces, dos saguntinos estiran del mismo pato.
"Los animales son seres vivos que sienten dolor", recalca el eurodiputado verde. "Lo más indignante -subraya- es que hay un pronunciamiento del propio Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana en contra de la suelta de patos, pero el Ayuntamiento se lo salta a la torera".
"La Generalitat Valenciana también lo prohíbe y sanciona al Ayuntamiento, pero todos los años se vuelve a repetir", denuncia David Hammerstein. En efecto, el TSJ tachó de "tratamiento antinatural" el trato que reciben los ánades, tras una denuncia de la Asociación Nacional para la Protección y el Bienestar de los Animales (Anpba).
La Generalitat multa al Ayuntamiento, que paga y mantiene la tradición
Para evitar que el próximo 15 de agosto se vuelva a repetir "esta crueldad inhumana e ilegal", los eurodiputados ecologistas van a llevar a cabo "una campaña de presión internacional contra esta práctica brutal".
Por su parte, la presidenta de Arcadys, Emilia Pastor, ha querido aclarar que "aunque por supuesto estamos en contra de esta actividad, y asi lo hemos hecho constar durante aproximadamente 4 años frente a los organismos competentes, en ningún caso hemos afirmado ni privada ni públicamente nuestra intención de acudir a la vía penal contra los organizadores y peñistas y que en ningún momento hemos valorado esta posiblidad".
MALTRATO ANIMAL
Matanzas de becerros
PSOE y PP han votado a favor de la polémica becerrada de Algemesí el próximo septiembre
La poca destreza de los matadores de El Escorial multiplicó el sufrimiento del animal sacrificado el pasado 3 de agosto. - LUIS LLORCA
JAVIER RADA - El Escorial - 09/08/2008 18:16
Matar no es fácil. Lo sabe el matarife, el sheriff, el criminal de guerra y el espadachín. Matar cuesta. Lo dice el sádico, el fumigador, el pescador y el cazador. Es sencillamente algo complejo que requiere de dotes y conocimientos. ¿Sabrían esto los aprendices de torero de la becerrada de San Lorenzo del Escorial (Madrid) el pasado 3 de agosto? ¿Lo sabrá Michelito, el torero mexicano de diez años que esta semana ha desatado una polémica en Francia?
Tres becerros (toros de menos de dos años) sufrieron el mal matar, y enseñaron esta lección a más de cien personas. Fue la frase más repetida en la grada. "Si ya les cuesta matar a los toreros", decía una mujer mayor. "¡A ver si lo matas a la primera!", gritó un joven mientras sujetaba un litro de vino. Ninguno de los tres matadores cumplió la expectativa. Había numerosos menores entre los espectadores, hasta bebés. Y todo a ritmo de paso doble, sonrisas y aplausos.
Cipotín, nombre artístico de uno de los mozos, está en el ruedo. Los banderilleros (Pollero y Carnicerito) han hecho su trabajo. El becerro sangra ostentosamente por una banderilla mal clavada en las costillas. Enfundado en vaqueros, Cipotín torea. Ha llegado hasta aquí por ganar una rifa de un euro. Y se acerca el momento difícil, esa acción que nos define como humanos o delfines: matar por placer. En la primera estocada toca hueso. A la segunda, sí, se clava en la carne, pero no muere. Tras cinco minutos de agonía, el becerro cae. Aún menea las patas, como la cucaracha al recibir el aliento del veneno, cuando le están rebanando la nuca.
Los ecologistas dicen que estos actos son ilegales, ya que vulneran el reglamento taurino de la Comunidad de Madrid. En él se prohíbe infringir daño a las reses en los festejos populares. En la Comunidad alegan que el reglamento taurino de 1995 no contempla las becerradas como festejo popular, sino como una corrida. Aun así, afirman que están modificando las normas para "ser más exigentes". En el Ayuntamiento de El Escorial se escudan en que ellos no organizan el evento, sino las asociaciones de las Fiestas de Mozos, Casados y Viudos.
El privilego de la queja
¿Tenía este becerro derecho a no sufrir? "Históricamente, el predicado de la justicia no se ha aplicado a los animales no humanos, sólo entre agentes morales que sean capaces de quejarse y tener un sentido de lo justo", explica Pablo de Lora, profesor de Filosofía del Derecho. Es justicia de humanos.
El segundo matador, El Pelu, no tiene las cosas claras. Las banderillas se han clavado en el cuello del animal y en otro costado. El becerro, en un acto de rendición, baja la cabeza. El torero falla. Le da varias estocadas. Y nada. La espada se queda a medio clavar en el lomo. Deciden matarlo. El público grita: "¡Que lo mate él! ¡No tú, que se lo gane!". Mientras dudan, el animal sigue sufriendo. Intentan rematarlo con un cuchillo. Lo clavan y nada. Resiste. ¡Tozudo! Finalmente un puntillazo acaba con esta extraña vida de los que mueren en la feria.
"Debemos preguntarnos qué ocurre con los pacientes morales", continua De Lora, "con aquellos que no tienen un sentido de la justicia, como un becerro o un niño, o un discapacitado psíquico. Al infringirles un sufrimiento gratuito estamos cayendo en una opción moralmente execrable".
Una opción quizás execrable pero apoyada por los políticos. El PP y el PSOE acaban de votar en el Ayuntamiento de Algemesí (Valencia) a favor de la polémica matanza de becerros que tendrá lugar en septiembre. Los ecologistas también siguen denunciando las becerradas de Vinuesa (Soria). Las tres, contando la de El Escorial, tienen en común que gente inexperta sacrifica animales.
El tercer torero tampoco acierta. Le clava media espada en el lomo. Deciden que expíe el pecado de nacer toro con un estoque de descabello. Hasta cinco impactos en el cuello. Un grito desgarrador, no audible por la música, le lleva al suelo. Parece que el paciente moral esta vez sí se quejó.
"Imaginad que en aras de la tradición una costumbre bárbara como cortar el clítoris se celebrase en la plaza Cibeles de Madrid. Una vez se planteó en el Parlamento alemán qué pasaría si se realizara una corrida en su país. La respuesta fue que serían todos detenidos. Lo mismo, en El Cairo. La compasión debe cultivarse", explica el filósofo Jesús Mosterín.
Morir ante el pan y circo del pasado. Ser torturado bajo el olor del bocadillo de tortilla de patatas. En Roma, a la plebe le salía gratis el espectáculo. En San Lorenzo del Escorial pagamos 12 euros.
Suelta de patos vivos de Sagunto
www.lasprovincias.es
SAGUNTO
Sagunto soltará patos silvestres para que sean más difíciles de atrapar
Los festeros llevarán a cabo su alternativa de repartir 10.000 regalos a cambio de que los bañistas devuelvan los animales
SEREZHADE MORENO/ SAGUNTO
La suelta de patos vivos de Sagunto de la pasada edición congregó a numerosas personas.
Los patos que se soltarán este año en las fiestas de Puerto de Sagunto serán más difíciles de atrapar. El presidente de los festejos, José Bosque ha explicado que "se tratan de patos cruzados entre ánades silvestres y de granja, criados en el agua. Algunos de ellos hasta volarán".
Los responsables de la granja devolverán el dinero aportado por la Federación de Peñas, en relación al número de ejemplares que se consiga devolver después de la celebración de las fiestas.
Además, a tan sólo un día de las tradicionales cucañas de Puerto, el Ayuntamiento de Sagunto no había obtenido ayer, al cierre de esta edición, respuesta alguna por parte de la Conselleria respecto a la polémica suelta de patos vivos en la localidad.
Y ante la ausencia de información, actuación. La Federación de Peñas de Puerto afirmó a LAS PROVINCIAS que si la Generalitat no contesta, "nosotros llevaremos a cabo la alternativa que le propusimos".
La Comisión de Fiestas repartirá cerca de 10.000 regalos entre los que destacan televisores de plasma, cámaras fotográficas, DVD y hasta viajes en hoteles de cuatro estrellas. Sin embargo, la condición que los mismos exigirán a los bañistas es que los patos sean devueltos, una vez cogidos, para que los mismos viajen hasta la granja de Cuenca de donde proceden.
Los ánades serán tirados al mar al mismo tiempo que se lanzarán pelotas, canjeables por grandes premios.
Con este principal, pero no único cambio de esta polémica jornada festiva, se pretende, como explicó el edil de Fiestas, José Luis Martí, "demostrar que se puede continuar con la tradición y el recuerdo al mismo tiempo que se respeta a los animales y se garantiza la diversión".
La Comisión tirará, previo control veterinario, 150 patos vivos al muelle de Puerto. Sin embargo, estos serán recogidos por un grupo de 50 personas uniformados con camisetas y elegidos por la Federación de Peñas, para ser depositados de nuevo en cestas para su posterior devolución a la granja.
Para evitar que los bañistas tengan la tentación de secuestrar los ejemplares y llevárselos a casa, al mismo tiempo que se lancen los animales, también se tirarán al agua centenares de pelotas con números.
Cada número corresponderá a uno de los 10.000 regalos que la Federación de Peñas y el Ayuntamiento tienen preparados. Cerca de estos 500 obsequios son productos tecnológicos valorados en grandes cantidades económicas.
Para que el acto sea los más limpio posible, Martí explicó que la misma mañana del miércoles "meteremos los números en distintos sobres de modo que nadie sabrá, cuando se lance al agua, qué premio tiene cada número". Además, a los visitantes del acto también se les obsequiará con camisetas, gorras, mecheros, bolígrafos, abanicos y un sinfín de obsequios y regalos que harán más atractiva la celebración.
Evitar la suspensión
Con estas novedades se pretende que el tradicional acto de la suelta de los patos vivos al mar no se suspenda pero que a la vez las personas se muestren más interesados en coger balones canjeables por premios que ánades.
De todos modos, y como explicaron desde la comisión "el acceso al agua es público por lo que si alguien se niega a devolver el pato, nosotros no podremos hacer nada".
Desde el Consell afirman que "a pesar de que no se conteste a la alternativa del Consistorio, si sus responsables no cumplen con lo pactado, se podría volver a sancionar". La multa por este motivo ronda los 45.000 euros.
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